EL DERECHO DEL TRABAJO EN AMÉRICA LATINA

 Dr. Teodosio A. Palomino
Presidente de la Asociación Iberoamericana de
Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social
“Guillermo Cabanellas”. Filial Perú.
 Profesor universitario. Publicista.
PERÚ

 

 

  1. PRESENTACION

Al enfocar la temática relacionada con el contenido de mi ponencia, desarrollaré brevemente un conjunto de instituciones vinculadas al Derecho del Trabajo imperante en América Latina, donde es dable apreciar, de modo incisivo, la influencia de la globalización y el avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología. Los efectos de esta mutación han puesto a nuestros países bajo un mismo paraguas, obligándonos a la búsqueda de soluciones mancomunadas capaces de extraernos de los predios del subdesarrollo.

  1. EL DERECHO DEL TRABAJO

La justicia social debe ser hija predilecta del Derecho del trabajo, pues las relaciones existentes entre sus protagonistas son elementos esenciales de la producción. Protege y ampara al trabajador, por ser motor básico del progreso económico y el desarrollo de la nación.

El Derecho del trabajo estudia y plantea la solución de múltiples problemas del quehacer laboral. Se mueve sin descanso en armonía con la cambiante realidad social. Los iuslaboralistas no pueden ni deben permanecer indiferentes y extraños frente a tales mutaciones.

  1. EL PRIMER DERECHO DEL HOMBRE

El primer Derecho del hombre está constituido por el derecho a la vida. El hombre es legítimo propietario del derecho y el deber de vivir digna y decorosamente. Y el medio ordinario y principal para procurarse estos bienes es el trabajo. Lo ideal es que el trabajo le permita a quien lo ejecuta percibir una remuneración capaz de satisfacer sus propias necesidades y las de su familia, en los planos espiritual, moral, cultural y material.

El trabajo debe plasmarse en función de las necesidades humanas y no a la inversa. La economía debe estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos es una de las conquistas más trascendentales del Siglo XX. Ha cumplido su papel en múltiples rubros, aunque, como es natural, mostrándose ineficiente en otros.

En su Art. 1°. de la Declaración dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

  1. DIFERENCIAS ENTRE EL DERECHO AL TRABAJO Y EL DERECHO DE TRABAJAR

El Derecho al Trabajo, desde el punto de vista jurídico y social, es anterior al Estado, que está obligado a garantizar, respetar, proteger y de crear e incentivar la generación de puestos de trabajo.

El Derecho al trabajo debe ser entendido como la facultad que posee todo ciudadano para reclamar al Estado, y a cuantos lo dirigen y administran la economía, para exigir un puesto de trabajo y participar de la riqueza nacional.

Cuando una sociedad está mal organizada y existe una infranqueable diferencia en la distribución de la riqueza, el desempleo y la desocupación, son un mal social que el Estado está obligado a contrarrestar, creando fuentes de producción, dictando leyes estables y estimulando, mediante incentivos tributarios, la industrialización y la implantación de nuevas empresas.

La desocupación es un mal social, y el pleno empleo, un bien público. El Estado tiene el deber y la obligación de evitar lo primero y fomentar lo segundo. La energía humana paralizada infructuosamente, como un peso muerto, destruye el equilibrio social, pone en peligro la tranquilidad y la paz sociales. El desempleo germina pobreza, la pobreza produce descontento y el descontento gesta inestabilidad social, y todo, en su conjunto, fomenta el atraso y la postergación de los pueblos y contribuye a la ausencia de la ansiada paz social. Hay que recordar siempre que la pobreza engendra más pobreza.

Se entiende por el Derecho de Trabajar o derecho de ocupación, la libertad de toda persona para dedicarse a una actividad, oficio, arte o profesión que prefiera o más le agrade, dentro del marco legal y ético, y de vivir de su producto o de su renta honesta, decorosa y humanamente digna. El derecho de trabajar, es condición esencial de la vida.

El derecho de trabajar no debe ser sólo una simple facultad sino una obligación social. Es decir, una exigencia de importancia vital.

Por lo dicho, se concluye que no es el hombre quien se dignifica con el trabajo; por el contrario, es el trabajo el que se enaltece, eleva y sublimiza, gracias a la acción del hombre. El hombre es motor de la economía de una nación.

  1. FLEXIBILIZACION LABORAL

Se entiende por flexibilización a la libertad del empresario para contratar y disponer de la fuerza de trabajo. Busca eliminar  todas las reglas de carácter laboral que impiden el libre funcionamiento del mercado y el de la organización del trabajo, en beneficio, lógicamente, del empresariado. Constituye la flexibilización una forma sui géneris de entender las relaciones del mercado de trabajo, desarrollada en el seno de un proceso más general llamado globalización

La flexibilización laboral es impulsada y defendida por la mayoría de los gobiernos y el empresariado y emana de la ideología que respalda al proceso globalizador, propio del neoliberalismo.

Para el neoliberalismo, en el mercado todos somos iguales y nos relacionamos como iguales, de manera tal que no tienen por qué existir condiciones especiales.

Hoy el capitalismo salvaje es aún más fuerte y dispone de mayores recursos y conocimientos tecnológicos que en el pasado. La flexibilización profundiza el dominio que ejercen los empresarios sobre los trabajadores y las relaciones laborales, para que el empresariado pueda actuar de acuerdo a sus propios intereses, haciendo tabla rasa de los correspondientes a los trabajadores.

La flexibilización desde el punto de vista del empleador: Significa la libertad para contratar y ejercer dominio sobre la fuerza del trabajo o, dicho en otras palabras, implica disponer de libertad plena para aprovechar sin trabas las disposiciones, cualidades y virtudes del trabajador.

La flexibilización desde el punto de vista del trabajador: Significa la pérdida de valiosos derechos laborales y condiciones sociales, tales como:

  1. La seguridad en el empleo.
  2. Pago de salarios mínimos
  3. Protección contra la maternidad y enfermedad
  4. La indexación salarial.
  5. Derecho a las vacaciones.
  6. Compensación por tiempo de servicios.
  7. Protección contra los infortunios laborales
  8. Derecho a la seguridad social; es decir, fenece el carácter netamente protector del Derecho del trabajo.

Mediante la flexibilización laboral se retorna a los tiempos en que el capitalismo carecía de limitaciones y progresaba sin controles, creando severas desigualdades sociales.

  1. GLOBALIZACIÓN Y PRIVATIZACION EN LAS EMPRESAS

La globalización está dejando impresa su indeleble huella dactilar, en los predios de la economía y no sin razón se producen tantas uniones de carácter económico a nivel de naciones y de continentes.

La globalización ha traído como consecuencia la generación de un movimiento liberador que ha originado la masiva privatización de las empresas.

La globalización ha inflado sus velas con el viento malévolo de un neoliberalismo salvaje y destructor, según el extinto Papa Juan Pablo II, y propagado una desocupación nunca antes vista, transformada en una suerte de cruel y diabólica plaga. En virtud de ese negativo suceso, suman millones los obreros y empleados que hoy gimen su desesperanza, apresados en las redes de una ociosidad que las circunstancias han generado dolorosamente. La batalla resulta estéril, para neutralizarla, y no saben siquiera de qué modo pueden contrarrestar sus letales efectos.

La privatización, íntimamente unida a la libertad absoluta que hoy impera en la esfera económica, ha gestado una lucha fratricida en el mundo económico, en virtud del apetito insaciable para obtener pingües ganancias, al margen de todo tipo y género de escrúpulos.

El proceso de privatización en su vertiginosa carrera montaña abajo, adquiere cada vez un mayor tamaño, y alcanza, en una veintena de países, las características propias de un impresionante, gigantesco, demoledor e imparable alud.

La globalización y la privatización de las empresas han traído consigo, como si fueran hermanas siamesas, desempleo, inseguridad, desolación, temor acentuado ante un futuro incierto. Se ha generado así la presencia de un heterogéneo conjunto de millares de personas afectadas por el pesimismo, el desencanto, la incertidumbre, el estrés y el pánico

La  pobreza ha llegado a niveles denigrantes y demoledores.

El empleo ha descendido hasta los más bajos niveles del edificio social y económico. Los sueldos y salarios se precipitan vertiginosamente por las escaleras y el costo de vida se eleva implacablemente, decretando el empobrecimiento colectivo del pueblo en beneficio de la sacrosanta empresa privada.

El trabajador ha recibido, por el afán privatizador del Estado, un golpe contundente que lo ha postrado en una camilla médica, completamente al margen del juego económico, desamparándolo con la mayor indiferencia y sin que importe un comino su porvenir.

La privatización se ha convertido en una corriente globalizadora incapaz de acabar con la pobreza, disminuir la escasez y transformarse en una muralla protectora capaz de garantizarles a las grandes mayorías decorosos niveles de vida individuales y familiares.

Los países ricos, merced a la privatización, lo son ahora más que antaño, pero, simultáneamente, han cimentado calzados con botas de 7 leguas, el colapso social, la delincuencia, el desempleo, los secuestros, la corrupción, el analfabetismo, la prostitución y otras plagas sociales que todo el mundo conoce y es ocioso enumerar.

El pesimismo y el dolor se han enseñoreado por doquier, merced al acelerado proceso de privatización que exige la implantación, a rajatabla, de reestructuraciones rápidas, súper aceleradas, que agravan sensiblemente los márgenes del creciente desempleo.

Los economistas hablan con orgullo del fenómeno globalizador sin advertir, al parecer, que él ha traído como nefasta consecuencia el abrumador y dramático aceleramiento, y la difusión del desempleo y el subempleo.

Aumentan los países castigados por la pobreza y las desigualdades que amenazan tornarse cada vez más agudas, clamando, a viva voz, ser cambiadas o, por lo menos, sustancialmente modificadas.

Y todo no ha quedado allí, puesto que la desocupación forzosa ha arrastrado tras ella a un variopinto y abigarrado conjunto de negativos personajes entre los que sobresalen el descontento popular, la velada insurrección, el hambre y la corrupción que sobrenadan impunemente sobre las olas de un agitado mar de aguas turbias.

  1. ROLES DEL CAPITAL Y EL TRABAJO

El trabajo conduce al hombre rumbo al progreso, a la perfección y el desarrollo. El hombre es rey de la creación por ser el único ente animado que trabaja.

El hombre, merced al trabajo, ha cumplido y cumple hazañas de portento a veces casi inimaginables.

Es innegable la contribución y el aporte de los trabajadores en el mundo de la economía. El trabajo se antepone al capital. El capital deriva del trabajo y, en consecuencia, entre estos dos factores el más esencial es el trabajo.

El trabajo es instrumento esencial de la producción y el capital es origen y producto de un trabajo anterior que se convertirá en pilar de un trabajo futuro.

El número de capitalistas y empresarios es infinitamente inferior al de los trabajadores.

Sin capitalistas ni empresarios, se afectaría la producción, pero sin el aporte de los trabajadores ella desaparecería por completo. Por tanto, el trabajo prevalece en el fondo y en la forma en el mundo económico.

El trabajador puede prescindir de un empresario, o de un capitalista, pero el capitalista o el empresario no pueden prescindir de los trabajadores. El dinero no crea por sí solo riqueza: únicamente lo crea cuando circula y se mueve en función del trabajo.

  1. EL DERECHO DEL TRABAJO Y LA ROBOTIZACIÓN

En la evolución de los cambios tecnológicos que inevitable y permanentemente se producen en el mundo laboral se llega a la automación.

Es necesario y urgente prever sus catastróficas consecuencias sobre el trabajador, sin omitir la búsqueda de soluciones adecuadas encaminadas a evitar la desaparición del humanitarismo motivado por la falta de empleo y, por tanto, de la remuneración, que le permite al hombre vivir con decoro y dignamente.

En cuanto se refiere a la automación y el desempleo, fácil es demostrar que, llegado el momento, el hombre será sustituido paulatinamente por el Robot, que no guarda necesariamente apariencia humana.

De acuerdo a la naturaleza del trabajo, considerable porcentaje de labores humanas es ejercido actualmente por máquinas.

Robots de todas formas y tamaños, hacen de las suyas en la mayoría de las actividades propias de la producción y los servicios. Hoy, por ejemplo, las operaciones bancarias son atendidas robóticamente los domingos y feriados, fuera de las horas habituales de oficina.

Algunos robots leen, escuchan y redactan sumarios periodísticos en inglés, español, chino, con absoluto dominio y precisión gramaticales.

Los robots no reclaman reivindicaciones sociales, no descansan, comen ni duermen; realizan trabajos pesados y peligrosos, los despliegan con mayor precisión que el hombre; no forman sindicatos ni se declaran en huelga, y además carecen por completo de sentimientos.

Llegará el momento en que los trabajadores no calificados, no capacitados ni idóneos serán reemplazados por autómatas, más rápidos, resistentes y efectivos y menos problemáticos.

La automación es un avance tecnológico actual cuyo progreso es indetenible e irreversible, carece de límites en la esfera temporal.

La automación proseguirá gestando desempleo y agravando la problemática social.

El robot, impávido, imperturbable, sin ser afectado por el estrés, el amor, el odio y la inestabilidad psicológica es, en definitiva, el súper hombre del hoy y del mañana.

El robot desplaza a los trabajadores no preparados, pero gesta nuevos y espectaculares puestos de empleo, destinados a trabajadores más y mejor preparados y capacitados.

  1. EDUCACIÓN PARA EL TRABAJO

No hay hombres ni pueblos desposeídos; hay pueblos y hombres mal preparados para poder enfrentarse al futuro, hermanados con el éxito.

No podemos construir una sociedad de primera con hombres de segunda categoría.

La competitividad de un país depende de su producción y distribución de sus frutos materiales, y también, de la producción y distribución de sus conocimientos que irradian al mundo.

La formación profesional debe contribuir a la obtención de un empleo y a su mejoramiento paulatino. No existe país progresista con hambre y desprovisto de cultura.

La pobreza atenta con el bienestar integral de una nación y mutila a sus habitantes, espiritual y materialmente.

Si cada uno de los miembros de la sociedad cualquiera que sea su status, gozaran de una adecuada y fecunda educación, se elevaría al máximo la moral social y mermarían la corrupción, el crimen, la delincuencia, el desempleo, el analfabetismo, la drogadicción y en términos generales: el mal vivir humano.

Si la educación es cara, la ignorancia es aún más onerosa; por falta de educación se han propagado como aterradora peste, la corrupción y la delincuencia, la desecación de nuestros ríos, la desertificación de nuestros campos, y la letal contaminación de las ciudades y otras múltiples calamidades.

La educación es garantía básica del desarrollo de un país, sostén de la democracia y pilar invalorable de la libertad, puesto que es imposible construir un país de primera categoría con hombres y pueblos desposeídos, mal preparados por estar en situación de no poder enfrentarse al futuro hermanados con el éxito.

Si invertimos hoy en la educación, mañana ahorraremos miles y millones en la plasmación de programas de asistencia social, sobre todo en el combate de peligrosas y amenazantes contradicciones internas, producto de la ignorancia y la falta de adecuada y eficaz comunicación.

  1. LA NUEVA CULTURA LABORAL

La humanidad se está dirigiendo, cada vez con mayor celeridad, hacia una estructura de poder totalmente distinta a la de hoy.

La civilización actual no puede funcionar mediante una estructura obsoleta y arcaica. Para evitar ser prisioneros del pasado, es menester cuestionar con severidad nuestros actuales valores, costumbres, hábitos y respuestas. Así evitaremos ser lastimosas reliquias del pasado y del fenecido y superado siglo XX.

El problema del siglo XXI será entrever y prever con menor o mayor precisión qué acontecerá en el futuro y cuál será el destino probable del mundo, para poder enfrentarlo sin sufrir pérdidas traumáticas.

Competir por el futuro no es solamente visionarlo, sino anticiparse al paso del tiempo y estar preparados satisfactoriamente para enfrentarse con éxito al mañana.

No se puede crear un futuro promisor utilizando las viejas estrategias. El futuro pertenece a quienes trabajan atados a la ciencia y el conocimiento.

Debemos ser protagonistas y ciudadanos adelantados en el presente siglo XXI. Es necesario y urgente innovarse si deseamos conservar nuestra identidad y gozar de la capacidad de conducir nuestro destino a través de los laberintos inquietantes de las futuras crisis.

La nueva cultura laboral debe disponer como sustento fundamental del diálogo, la concertación y la unidad de armoniosos esfuerzos suscitados entre las organizaciones sindicales y los directivos empresariales.

  1. EL NUEVO DERECHO DEL TRABAJO

El nuevo derecho del trabajo, no sólo regulará los derechos de los trabajadores en actividad, sino también, hará suyos otros contenidos surgidos en el devenir del tiempo.

Los trabajadores adecuadamente capacitados y unidos en un solo mazo, podrán convertir a su país en grande y próspero.

Frente al avance vertiginoso de la ciencia y la tecnología, la privatización de las empresas y la globalización de la economía, el nuevo Derecho del Trabajo deberá dotarse de contenidos singulares, combinación de trabajo y formación profesional y con las exigencias propias de la polivalencia funcional y adaptabilidad laboral.

Competir por el futuro no es sólo visionar el porvenir, sino anticiparse al paso del tiempo y estar preparado satisfactoriamente para enfrentarse  con éxito al mañana.

El nuevo carácter tuitivo del Derecho del Trabajo establecerá medidas equilibrantes de los contrapuestos y por definición descompensados intereses existentes entre los empresarios y los trabajadores y no sólo protegerá al trabajador, sino que también se convertirá en promotor de empleo, progreso económico y desarrollo social.

Frente a los galopantes cambios que hoy agitan al mundo, el derecho del trabajo no dejará de existir ni de ser protector del trabajador. Deberá adaptarse contemplando razonablemente las necesidades sociales tomadas en su conjunto.

  1. GESTACIÓN DE EMPLEOS SOSTENIDOS

Para crear tipos de empleo ya señalados, es necesario y urgente crear mayores fuentes de trabajo contra viento y marea; aprovechar lo máximo los aportes tecnológicos, acelerar las actividades destinadas a proporcionar servicios a la comunidad y crear modalidades económicas capaces de satisfacer las aspiraciones de las empresas y de los trabajadores, reunidos en un todo armónico y progresista. Para ello, debemos tener presente lo siguiente:

  1. Que es prometedora la noción de la “empleabilidad”, sustitutoria de la “estabilidad laboral” desaparecida del mundo laboral y empresarial.

  1. Que es necesario recalcar que la empleabilidad invierte la figura. Cuando los trabajadores corren detrás de los empleadores, los salarios descienden hasta niveles inhumanos. En cambio, los salarios se elevan considerablemente cuando se produce el raro fenómeno de que sean los empresarios quienes corren detrás de los trabajadores talentosos y diestros, ofertándoles empleos ventajosos, dignificándolos significativamente.

  1. Que es necesario invertir en la capacitación, tecnificación y perfeccionamiento de la persona humana, con el fin de que todo trabajador, pueda superarse con amplitud y eficacia.

  1. Que es imprescindible prevenir y combatir la exclusión de los trabajadores informales o menos calificados, eliminando o disminuyendo las cargas impositivas que hoy los agobian, facilitándoles empleos seguros y dignificantes.

  1. Que es menester implantar una política que torne efectivo respeto irrestricto de los derechos humanos que es urgente.

  1. Que es urgente reestructurar la libertad sindical y la negociación colectiva.

  1. Que es necesario otorgarles un trato más humanizado a los niños, las mujeres y a los integrantes de la tercera edad, evitando radicalmente el trabajo de los primeros y fomentando un justo y equilibrado apoyo y reconocimiento a los otros.

  1. Que es imprescindible reconocer que merced a la globalización, privatización y desregulación de la economía son cada vez menores las garantías laborales del trabajador, que está desprotegido y desempleado.

  1. Además es dable evitar la caída de los sindicatos que ya nadie parece recordar, por haberse esfumado y desaparecido, generando desconsideración laboral; y, por último, podemos afirmar categóricamente: Bienvenida sea la privatización de las empresas, siempre y cuando respete y ennoblezca al trabajo y a los sacrosantos derechos humanos.

  1. HUMANIZACIÓN DEL TRABAJO

Humanizar el trabajo significa no confundir al trabajador con una acémila o un robot, sino, respetar la dignidad de la persona humana en su justo valor axiológico, perfeccionando y desarrollando sus capacidades y potencias. Reconocer sus méritos, dedicación, lealtad e identificación: brindándole la oportunidad de hacer carrera y recibir las utilidades y contribuir al desarrollo físico e intelectual de su familia. Promover acciones orientadas a lograr la comprensión y solidaridad y respeto mutuos, en beneficio de la comunidad empresarial y la colectividad local y nacional, teniendo presente que el trabajador es el insustituible dínamo del bienestar económico de los pueblos.

  1. DERECHOS LABORALES DOTADOS DE JERARQUÍA CONSTITUCIONAL

Las Constituciones de 19 países latinoamericanos hacen referencia a 63 instituciones laborales, de las cuales existen 47 derechos laborales repetidos o similares.

Asimismo, existen 25 derechos laborales comunes en las Constituciones de 19 países de América latina.

Los 25 Derechos Humanos Fundamentales del Trabajo son los siguientes:

  1. El trabajo como derecho y/o deber.
  2. Protección al trabajador.
  3. Protección a la mujer o madre.
  4. Protección al menor de edad
  5. Protección al discapacitado
  6. Fomento del empleo (pleno empleo)
  7. Principio de irrenunciabilidad.
  8. Igual remuneración por igual trabajo.
  9. Libertad y elección de trabajo
  10. Trabajo libre y remunerado
  11. Salario social
  12. Remuneración mínima
  13. Jornada de trabajo
  14. Descanso semanal, vacaciones y feriados.
  15. Libertad sindical
  16. Convenio colectivo
  17. Derecho a la huelga
  18. Participación de los trabajadores en la empresa.
  19. Formación profesional
  20. Protección a los créditos laborales
  21. Estabilidad laboral
  22. Seguridad e higiene
  23. Fuero sindical
  24. Seguro de desempleo.
  25. Competencia para dictar normas laborales.


REALIDAD SOCIAL, ECONÓMICA Y POLÍTICA DE AMÉRICA LATINA

PAÍSHABITANTESTRABAJADORES (PEA)DESEMPLEADOS %ANALFA-BETOSINGRESO PER CAPITAESPERANZA DE VIDADEUDA PÚBLICA EXTERNA
MUJER HOMBRE
ARGENTINA39.537.94315.400.00019,6%2,83,52079,872,286,569,000,000
BOLIVIA8.857.870 3.651.7068,311,689068,262,94,487,600,000
BRASIL186.112.79082,300,00013,512,92,79075,867,7235,414,000,000
CHILE15.980.912 6,835,0004,93,54,5908073,39,290,000,000
COLOMBIA42.954.27919,700,00017,471,76075,767,938,400,000,000
COSTA RICA4.016.1731,573,0006,73,74,35079,574,348,000,000,000
CUBA11.346.670ND3,22,779,774,913,200,000,000
ECUADOR13.363.5935,260,0007,76,92,09079,273,314,000,000,000
EL SALVADOR6.704.932 2,615,0002518,82,2807567,65,600,000,000
GUATEMALA14.655.189 4,060,0007,528,12,0106664,35,600,000,000
HONDURAS6.975.204 2,610,0002822,81,00066,664,75,400,000,000
MÉXICO106.202.90043,600,0003,37,36,12078,172,4159,300,000,000
NICARAGUA5.465.100 2,147,0002231,875072,568,35,800,000,000
PANAMÁ3.039.1501.261.61414,574,32074,369,78,900,000,000
PARAGUAY6.347.8841,039,00016,45,61,07077,572,33,200,000,000
PERÚ27.925.6288,906,00013,48,42,23071,467,822,742,000,000
PUERTO RICO3.916.6321,833,000126,211,10080,171,2———————-
REPÚBLICA DOMINICANA8.950.034 3.870.00015,514,61,89069,165,56,500,000,000
URUGUAY3.415.9201,239,00016,11,83,31079,572,910,200,000,000
VENEZUELA25.375.281 10,812,8621863,33077,671,320,800,000,000


  1. EN POS DE UN MUNDO MÁS JUSTO Y HUMANO

Estamos viviendo en un mundo transitorio impregnado de miseria moral, falta de espiritualidad, carente de liderazgo y provista de un desmedido afán de lucro. El mundo está salpicado de sorpresas abismales, rebosante de preocupaciones constantes y amenazas  permanentes, falsos valores y actitudes demagógicas. Menudean el analfabetismo, el desempleo, la corrupción, una pésima administración de justicia, la plaga de la drogadicción y la compra-venta de conciencias mansilladas por una insana ambición.

La corrupción en la vida pública, los conflictos armados, los ingentes gastos causantes de muerte y de atraso y la falta de sentido ético, siembran desaliento y rompen ilusiones dirigidas a la consolidación del futuro.

Es necesario sentar las bases de una nueva sociedad “sacrificando”, por ejemplo, la producción de material bélico, en pro de la educación. En vez de comprar y fabricar misiles y tanques de guerra, es necesario construir escuelas modernas y disponer de maestros de prestigio, satisfactoriamente remunerados, puesto que abrir un centro educativo de excelencia equivale al cierre de un presidio.

Construir un mundo más justo, significa, entre otras cosas:

  1. Esforzarse para evitar que haya jóvenes carentes de oficio y profesión adecuados y en consonancia con el presente y las previsibles exigencias del futuro.

  1. Agotar esfuerzos a fin de vivir y desarrollarse en forma eficiente, sin trabajadores ignorados e ignorantes y por ende privados de sus derechos.

  1. Crear sistemas que impidan la explotación del hombre por el hombre y la del hombre por el Estado y del Estado por los países industrializados.

  1. Mitigar la brecha entre personas que viven en medio de la superabundancia, con los que sin culpa alguna carecen de todo.

  1. Generar familias moralmente sólidas y bien constituidas.

  1. Acabar con la desigualdad en la administración de justicia.

  1. Fomentar la protección de la ley, para que proteja a todos por igual, sin distinciones ni privilegios odiosos.

  1. Impedir que la fuerza prevalezca sobre la verdad y menoscabe el afán encaminado a la solución satisfactoria de los problemas humanos.

A la manera de un ciudadano de la antigua Grecia, donde florecieron filósofos de la talla de Sócrates, Platón y Aristóteles, invoco a los dioses del Olimpo para que sobrepujando el pensamiento del Libertador Simón Bolívar, fomentemos nuestro desarrollo y construyamos los EE.UU. de América Latina. Sólo así nos será posible llegar a las cúspides del bienestar y el progreso.